ESTAMPACIÓN EN HUECO/ESTAMPACIÓN EN RELIEVE…

Hoy quiero volver a la base y explicar los cuatro métodos principales de estampación. Con estampación me refiero al modo y lugar en que se deposita la tinta sobre la matriz y a la forma en que posteriormente se transferirá al papel. Esto afectará a todo el proceso:  a la concepción del dibujo, a la elaboración de la plancha, a la metodología del entintado, al tipo de tinta y prensa, y por supuesto, al resultado obtenido. Sus denominaciones son estampación en relieve, estampación en hueco, estampación planográfica y estampación plantigráfica. Por tratarse de modos de hacer artesanal, no incluyo la impresión por inyección característica de la estampa digital.

Según la taxonomía más estricta, para que haya grabado, debe haber una diferenciación de nivel entre las zonas con y sin imagen. Una vez trabajada la matriz, dependiendo donde se deposite la tinta a la hora de la impresión, surgirá la estampación en relieve (la tinta se deposita en las zonas altas, en los relieves, de la matriz) o la estampación en hueco (la tinta se deposita en las zonas profundas, en las tallas – huecos- o que hemos realizado sobre la plancha, por regla general de metal o metacrilato. En el grabado en relieve se agrupan fundamentalmente la xilografía y el linóleo, y en el grabado en hueco todas las técnicas calcográficas, ya sean directas o indirectas: punta seca, aguafuerte, aguatinta, barniz blando, mezzotinto, etcétera.

Dodo LinocutEn la estampación en relieve se utiliza un rodillo impregnado de forma uniforme con tinta que se va deslizando por la matriz. Este sistema impide que ésta llegue a las zonas profundas previamente establecidas para que queden blancas. En principio se utilizarán tintas más viscosas que para el hueco y podrán ser estampadas tanto en prensas verticales de presión plana como en tórculos, adaptando para ello la presión. También de forma manual.

En el grabado en hueco ocurre lo contrario: las zonas que dibujadas serán  las mismas que tomarán la tinta. Ésta se aplicará con una rasqueta, u otro elemento, en suficiente cantidad para se introduzca en las tallas, eliminando el exceso con la tarlatana. A priori, las tintas deberán ser algo más fluidas y la prensa es la calcográfica o tórculo, que permite dar la mayor presión. El procedimiento general consiste en extender la tinta quitando el exceso con la tarlatana que, al ser rígida, la arrastra, pero sin sacarla de los surcos, limpiándose hasta que se deja el entrapado (un velo transparente que resta en las áreas no dibujadas de la matriz). Según el resultado que se desee puede optarse por una estampación natural o estampación limpia (sin entrapado) de mantera que ese velo desaparece por completo o la estampación artística (con entrapado).

Litografía, Instituto Tamarind

Las técnicas planográficas hacen referencia a una matriz en la que no existe una diferencia física -diferencia de nivel- entre las zonas con y sin imagen, sino que éstas se establecen por una diferencia exclusivamente química. La litografía, principal sistema englobado aquí, se fundamenta en el natural rechazo que siempre ha existido entre la grasa y el agua, de manera que las zonas con imagen son encrófilas o receptoras de tinta grasa (también se les llaman zonas lipófilas o hidrófobas) y las zonas blancas hidrófilas (receptoras de agua). En el entintado natural de una piedra o plancha litográfica, una vez desensibilizada  para que soporte la química establecida, antes de pasar el rodillo se humedece con agua y una esponja para que esas zonas repelan la sustancia pigmentante. En este proceso se fundamenta también la impresión offset.

En la estampación plantigráfica, representada por la serigrafía, lo que diferencia las zonas con y sin imagen son las barreras, máscaras, plantillas o patrones impermeables que el artista coloca sobre la matriz para impedir que se transfiera la tinta al papel. Como puedes apreciar en la imagen el papel se coloca debajo del bastidor (pantalla serigráfica) y se aplica la tinta extendiéndola con una racleta de goma. El estarcidostencil, también se fundamenta en esta forma de trabajar por enmascaramiento, aunque dependiendo de los soportes es aplicado de distinta manera.

Por norma general, cuando queramos elegir una técnica para un determinado dibujo, debe conocerse bien el tipo de imagen que permitirá cada una de ellas. Con nombradas excepciones, los métodos que utilizan la estampación en hueco suelen permitir dibujos más detallados, pero esta máxima no es válida si la aplicamos a la elaboración de un buril xilográfico a contrafibra ya que esta herramienta permite un grado muy alto de minuciosidad en cualquier tipo de soporte, sea madera o metal y cualquier concepción: hueco y relieve. Hay un magnífico artículo de título Grabado a la testa: línea blanca, línea negra, escrito por María Dolores Bastida, que habla de las xilografías antiguas realizadas a buril que pueden incluso confundirse con estampas calcográficas.  A  este asunto le dedicaré más adelante un post independiente.

Todo esto es un principio fundamental que denomina los sistemas de estampación tradicionales, los artesanales. A ellos habría que añadir los métodos digitales de impresión que funcionan por inyección de tinta y que han encontrado su mayor desarrollo con el uso del plóter. Ahora bien, existen numerosas variantes supeditadas al deseo creativo,  y es común en  la estampa contemporánea matrices que se entintan simultáneamente o creaciones mixtas. Puede ponerse como ejemplo una xilografía entintada en hueco  o una matriz calcográfica estampada en relieve o, incluso, en relieve y en hueco. Sin ir más lejos las técnicas experimentales de grabado como el collagraph o el método Hayter se fundamentan en este principio.

Lo expuesto aquí es lo más básico, lo preciso para entender los procesos de formación de la imagen durante el entintado. Hay muchos lugares en la red para ampliarlos y ver las variantes, evolución o ejemplos  ya trasladados a las estampas. Por citar alguno, tienes este vídeo de youtube.

Técnicas de grabado

Video documental sobre las diferentes técnicas de grabado artesanal.

 [Fuente imágenes: Superior, basada en Rosa Vives, Del cobre al papel…(Icaria, Barcelona, 1994, pg. 23). La he modificado añadiendo (en rojo)  la definición de los tipos de estampación; proceso de entintado en hueco en www.crownpoint.com, piedra litográfica en Tamarind Institute; serigráfica y plotter en serigrafiatla.blogspot.com]

LA REVISTA «GRABADO Y EDICIÓN»

Hoy os traemos un importante enlace que creo que deben conocer todos los grabadores: la revista española de Grabado y Edición. Como ellos mismos indican en su presentación “Su contenido da prioridad al artista grabador, y con él todo lo que le acompaña y favorece en el proceso de creación: talleres, galerías, material, editores, museos, fundaciones e instituciones relacionadas con este apartado del arte. Grabado y Edición es la única revista editada en España consagrada a la estampa. Desde su creación, ha adquirido una reputación fundada en la calidad de sus artículos y en la variedad de los temas abordados. Es un espacio abierto a las opiniones, sugerencias, preguntas, y a todas las personas que consideran la estampa como una parte esencial de nuestro patrimonio cultural, al mismo tiempo que un medio de expresión propio inscrito en la modernidad..” Ahora se encuentra en un proceso de actualización y ha cambiado su nombre por G&E.  Contiene artículos de muy buena calidad redactados por los principales artistas, docentes e investigadores sobre histora, técnicas o estética.

La historia sobre revistas de grabado en en España es muy breve. Hubo ciertos intentos con la revista La Estampa (seís números de 1913 a 1914) .Puedes encontrar un artículo interesante sobre el tema en una conferencia impartida en el IAGO (Instituto de las Artes Gráficas de Oaxaca, Mexico, 2007) con motivo, precisamente, de la inauguración de esta revista. Reproduzco un breve extracto: «En el mismo año que se escribe este magnifico texto, se reúnen un grupo de artistas grabadores en Madrid, liderados por Juan Espina y Capó (1848-1933), gran dinamizador del grupo de pintores-grabadores, que trabajaba en torno a la Escuela de San Fernando y el Círculo de Bellas Artes en Madrid. Y deciden crear una sociedad de grabadores para impulsar la edición de una revista de arte, en un intento por popularizar el arte del grabado original. Existe un claro antecedente de la revista LA ESTAMPA en la publicación del siglo XIX: “El grabador al aguafuerte”… [leer más]

EL SIGLO XIX. El medio oficial: la Academia; iniciativas privadas: sociedades.

La función del grabado en la mentalidad del medio académico del XIX, a pesar de ser el foco más importante de producción, denota muchas carencias creativas. En primer lugar, son constantes las alusiones al grabado como reproductor de obras de arte: “Es nuestro ánimo dar a público, con las aguas fuertes originales, la reproducción en fac-símile de las que ya están agotadas o son muy raras; la copia de cuadros de pintores antiguos y modernos que se hallan en los museos o en las colecciones particulares, la de los templos y frescos que decoran las iglesias palacios y edificios públicos (…)”. En segundo lugar, es continua la discriminación de unas técnicas frente a otras: el aguafuerte y el buril son “las técnicas por excelencia y el verdadero grabado de buen gusto.” (Jesusa Vega. El aguafuerte en el siglo XIX. Calcografía Nacional, Madrid, 1985)

Es peligrosamente fácil olvidar que después de todo un aguafuerte es un dibujo, y por tanto, lo verdaderamente importante es su calidad en cuanto a tal. Esteve Botey diría sobre la serie de grabados que Goya hizo de las pinturas de Velázquez que son “estudios lamentablemente traducidos” , visión bastante sesgada de lo que pretendió ser un juego de aprendizaje y creación. Igualmente, en cuanto a la supremacía de una técnica sobre otras, en la 1ª Égloga de Virgilio, de Thoronton (1821) se cita: “Las ilustraciones de esta pastoral inglesa son obra del famoso Blake (…) quien las diseño y grabó personalmente. Decimos esto porque despliegan menos arte que genio y son admiradas por muchos pintores eminentes” . (Botey, E. Historia del grabado. op. cit. pg 26)

Describe también Gallego (Historia del grabado en España. Op. cit.)  como la asistencia a las clases de grabado se volvieron duras y con poco porvenir profesional. Imperturbables por un lado en la enseñanza de la talla dulce y el aguafuerte como medio de reproducción, por el otro la litografía y la xilografía van conquistando nuevos públicos y comienzan a popularizarse. El grabado en metal apenas sospecha que puede ser también medio artístico y queda reducido cada vez más a una minoría tanto de profesores como de alumnos. Falto de clientela, este tipo de grabado va languideciendo poco a poco a medida que la protección oficial comienza a ir por otros derroteros o decae, o bien, falta del todo. Lo cierto es que en España antes de terminar el siglo solo quedaba una cátedra de esta enseñanza.

Frente a este panorama, algunos grabadores lucharon en defensa del aguafuerte intentando demostrar su modernidad y el entronque con el espíritu del siglo y con la libertad del artista. El comienzo se encuentra en Francia donde a partir de 1860 conoce todo un fenómeno colectivo de resurgimiento que se conformará mediante sociedades independientes. La primera se hizo posible gracias al esfuerzo común de teóricos como Gautiere, Baudelaire y Burty, del grabador fundador Cadart, del impresor Delâtre y de toda una nómina de artistas que realizaron sus obras para que fueran publicadas en forma de álbumes: Braquemond, Corot, Courbet, Daumier, Haes… En el prólogo al primer álbum, Gautier afirma que “todo grabado es un cuadro original” y para tener éxito debe ser realizado con “decisión, seguridad de trazo y una capacidad para ver anticipadamente el resultado final, cosas no poseídas por todo el mundo, aunque se trate de personas con talento y visión de conjunto. No hay lugar en el grabado para la superelaboración de detalles o para la manifestación torpe” (Jesusa Vega. Op. cit.)

Estas declaraciones llevaron a la aparición de un nuevo tipo de artista al que se le denominó aguafortista que aun hoy califica al que ocupa parte de su actividad en grabar creaciones originales mediante esta técnica, y ya desde estos años se plantea en Francia la necesidad de anular las planchas una vez finalizada la edición, actitud que no fue aceptada por todos en aquellos momentos. Contra todo fenómeno de acción hay un fenómeno de reacción y una vez afianzado el aguafuerte original vuelve a resurgir de nuevo la defensa del grabado de reproducción; un fomento de las artes de lo blanco y de lo negro: La Society of Black and White en Inglaterra y la Societé du Blanc et du Noir en París. También con la Societé des Aqua-fortistes Français (que no debe confundirse con la explicada) en el que se acepta y valora el grabado de creación, pero se exalta ante todo el de interpretación.

España, siempre en la órbita francesa, también hizo un intento de sociedad pero con escasos resultados. Goya y Fortuny trabajarían de forma independiente. Quedan algunos ensayos por parte de Alenza, Lameyer , Carlos de Haes o Baroja.

[Fuente imagen superior: elboomerang.com Central: H. Daumier el pais.com; inferior: Ricardo Baroja en artecumbaya.com ]

LA TÉCNICA DEL AGUAFUERTE

La  técnica del aguafuerte es una de las llamadas “tecnicas indirectas” dentro del grabado calcográfico. Consiste en aplicar barniz, antiguamente cera, sobre una plancha de metal (zinc, hierro, acero, latón, cobre…)  y dibujar sobre ella. Hecho esto, se introduce en un baño ácido que corroerá el metal por aquellas zonas que hemos dibujado. A mayor tiempo de inmersión, o concentración, los surcos serán más profundos, por lo que al entintar se depositará más tinta dando lugar a líneas más oscuras. Por poner un ejemplo,  sería como si se depositaran hilos de coser del gris al negro sobre un papel: los grises claros corresponderían a mordidas suaves (cortas) y los oscuros a mordidas profundas (de mucho tiempo)

Esto sería para simplificar, pero la técnica del aguafuerte, que recibe su nombre por el ácido que utiliza, puede ser abordada desde muchos puntos de vista. Además, la explicación anterior no recoge la multitud de variables, procedimientos y maneras que afectan a esta forma de trabajar una matriz, refiriéndose fundamentalmente a los dibujos lineales: para la mancha existirá la palabra aguatinta, para texturas o imitación al lápiz  el barniz blando, etcétera. Todas usan un mordiente para su ejecución. El aguafuerte ha sufrido su propia evolución en cuanto a los productos usados, tanto los barnices como los ácidos (nítrico, mordiente holandés, cloruro férrico…) o los metales han ido cambiando con el tiempo. Actuamente la forma de trabajo tradicional va dando paso a un grabado más sostenible que modifica sustancialmente los soportes y productos, y lo que es más importante, también el concepto: técnica Hayter, aditivas, polímeros, grabado no tóxico…

Esto hace que hoy por hoy bajo la denominación estricta de aguafuerte se recojan, fundamentalmente, los dibujos realizados a línea sobre planchas barnizadas. Pero tanta multiplicidad de conceptos  hace necesario  compartimentar su explicación para poder desarrollarla adecuadamente, teniendo además presente que  los artistas adoptan variaciones y combinaciones de la técnica para adaptárla a sus inquietudes plásticas.

Desde el punto de vista histórico sería necesario hablar de una historia sobre aguafortistas porque para muchos  las estampas fueron un complemento a la pintura o la escultura. Se trata mas bien de una historia de individualidades que usaron esta técnica para divulgar sus propias pinturas, al principio. Posteriormente, y de forma excepcional, los altos grados de destreza y sensibilidad de algunos artistas consiguieron llevarlo a la categoría de arte.  Para no caer en imprecisiones, estos nombres  deberán ser enmarcados en un contexto en el que también proliferaron multitud de talleres y artistas menores que contribuyeron a la evolución de la estampa, pero desde otros puntos de vista; un ejemplo serían las sociedades de acuafortistas que se formaron en el siglo XIX  o las Academias, responsables de la enseñanza de muchos grabadores, pero más desde el punto de vista artesanal que artístico.  Así pues, cualquier estudioso del aguafuerte deberá desbrozar la teoría desde las líneas fundamentales en las que una persona puede acercarse a este modo de expresión gráfica: desde el punto de vista técnico, desde la historia de la estampa como medio de comunicación, desde la historia de los aguafortistas y, por último, desde la propia estética del grabado ya que el aguafuerte fue tomado por los artistas a partir de un momento determinado como alternativa más plástica al buril, más duradera a la punta seca  y más descriptiva que la xilografía.

Ya contábamos en el post anterior las teorías acerca de su origen, manteniendo que procede de los talleres de armería, donde se grababan los petos de las armaduras, usándose por vez primera, a principios del siglo XVI, como medio de estampación en papel. Una de las obras más antiguas será del llamado Maestro del Dietario, que perteneció al último cuarto del siglo XV. Fue uno de los aguafortistas más importantes antes de Martín Schongauer (1448-1491)  Independientemente de su origen alemán o italiano, destacan por haber realizado aguafuertes de carácter artístico  Urs Graf (1485-1527/8) y Daniel Hopfer (1493-1536). Será curioso citar a Alberto Durero (1471-1528), quien grabó algunos aguafuertes, pero muy pocos, sobre hierro.

A lo largo del siglo XVI, comenzó a extenderse su uso entre los artistas, los mordientes mejoraron y empezó a usarse el barniz de retoque para morder varias veces el cobre. En el XVII destacará el francés Jacques Callot (1592/3-1635) y Rembrandt (1606-1669)que  sobrepasará a todos.

Ya en el XVIII Tiépolo (1727-1804) produjo aguafuertes de una técnica realmente compleja, junto con Piranesi (1720-1778), dedicado al grabado de arquitecturas y ruinas, dándole verdadera fama su  serie de “Prisiones” que lo encumbraron como aguafortista en la Historia del Arte.

La transición entre ambos siglos la hace la genialidad de Francisco de Goya, y a partir de ahí es raro el pintor que no haga sus incursiones en el ámbito de la estampa, fundamentalmente en el aguafuerte y la litografía. De éstos, como en todo, hay resaltar a Picasso. A ambos volveremos una y otra vez.

Para comenzar con la bibliografía impresa, puedes echarle un vistazo al segundo libro de Walter Chamberlain Aguafuerte y grabado (Blume, 1995 últ.) por su capacidad de síntesis y a la vez, el adecuado nivel de profundización de los temas que lo capacita para una iniciación muy completa. También puedes acudir a cualquier manual que incluya las técnicas principales, como el de Mariano Rubio Ayer y Hoy del grabado (Tarraco, Tarragona, 1979), ya citado,  o el de DAWSON, J. [Coord] – Guía completa de grabado e impresión: técnicas y materiales. (Hermann Blume, Madrid, 1982). Suerte 🙂

[Fuente imagen superior  Daniel Hopfer; imagen central: Piranesi;  imagen esquema aguafuerte en manualdegrabado; siguiente, Kathe Kollwitz en etchingfitness ; inferior, aguafuerte de Moore en centredelagravure.be ]

LA PUNTA SECA [Esquema]

La punta seca es una técnica de incisión directa sobre la matriz que, por norma general, es de metal o metacrilato. Se caracteriza porque la talla va siempre acompañada de una rebaba en el borde (en uno o a ambos, lados según la inclinación del punzón) diferenciándose con otros procedimientos como el buril o el aguafuerte que presentan líneas más secas. Al dibujar una punta seca el material de la plancha no se elimina, sino que se desplaza, dando lugar a trazos aterciopelados ya que la tinta -además de entrar en la talla- se “enreda” en ese reborde.

Por este motivo las planchas aguantan pocas estampaciones ya que la rebaba va cediendo ante la presión del tórculo o la fricción de la tarlatana. Si se tratase de una punta seca sobre metal podremos someter la plancha a un proceso electrogalvánico para endurecer su superficie.

La tonalidad del dibujo dependerá de lo que se apriete con el punzón ya que la profundidad dará cabida a más o menos tinta. Debe usarse un punzón o punta seca de calidad (acero, zafiro diamante…) ya que se desafilará con facilidad. Es conveniente ayudarnos del continuo afilado con una piedra de Arkansas, o en su defecto, una piedra de afilar común de grano fino.

En metacrilato, otros elementos de dibujo pueden ser lijas de distintos números y/o un gel decapante que corroa el plástico. Casi todos los grabadores han usado o usan esta técnica, sola o combinada con otras como medio de expresión. Te pongo el ejemplo del artista Martin Lewis, como una posibilidad de las miles existentes. Curiosea por la red introduciendo el nombre de tu grabador o artista favorito. Si quieres ampliar conocimientos sobre el grabado en plásticos tienes este interesante artículo de Rosa Vives Implementación de los plásticos en el grabado y la estampación.

[Imagen: superior punta seca y aguafuerte mezclados en followyourheartsaysyourbrain; esquema punta seca: gusgsm.com]

LA HISTORIA DE LOS BURILES

 

                                      El caballero, la muerte y el diablo. Buril en cobre de Durero. 1513

Algo que permite la elaboración de un blog es conocer los términos de búsqueda por los que la gente llega a él. Desde hace días, cuando miro la información de la página, veo que alguien está pre-ocupado por conocer la «historia de los buriles». Cuando una persona busca datos sobre algo tan concreto es posible que la red no le ofrezca lo que precisa a primera vista, tal vez porque la información se encuentra solo en formato impreso. A veces también son necesarios términos de búsqueda sinónimos, ideológicamente hablando, como “talla dulce” en contraposición a su compañero el “aguafuerte”, o indagar a través de la función de «reproducción de obras de arte» que protagonizó la mayoría del grabado académico durante los siglos XVII y XVIII.

La definición del DRAE de «buril», del francés burin, detalla que es un instrumento de acero, prismático y puntiagudo que sirve a los grabadores para hacer líneas en los metales. La definición es escueta y casi acertada…porque también un buril puede ser elipsoidal, o utilizarse para trabajar sobre la madera o, más bien, porque con el paso de los años se refiere más a una forma de entender el grabado calcográfico en una época determinada, a la estampa y a la técnica en sí. Es importante aclarar también, para no caer en confusión, que el buril puede trabajarse en hueco o en relieve (dependerá de si después se entintan los surcos o los altos de la matriz). Hoy me dedicaré más al trabajo realizado para que la tinta sea depositada dentro de las tallas.

Por metonimia, entonces, también se llama buril a la propia estampa y a la forma de grabar. La Wikipedia dice  lo siguiente en técnica del buril : «El Buril recuerda en su forma a un arado. Y el grabador lo utiliza de una manera semejante; haciendo surcos sobre la plancha, de manera que cuanto mayor es la presión que ejerce; consigue realizar una incisión más profunda sobre la plancha, lo que provocará que se aloje en ella una mayor cantidad de tinta.” Para los amantes de la etimología,  San Isidoro de Sevilla (siglo VI) ya adelanta el origen del vocablo antes de que el mismo instrumento existiera: “Aratrum deriva de arare terram (arar la tierra); y es como si se dijera araterrium. La mancera (mango) es la curvatura del arado; se llama buris, como si se dijera boòs ourá, porque tiene la apariencia de una cola de buey.”  (Etymologiarium, XIV,2 pg.523).

Su manipulación requiere mucha destreza y en la actualidad no es algo que se enseñe en las facultades o talleres, ya que el aguafuerte permite mayor soltura de trazo al artista. Durante el siglo XVII, en pleno el apogeo de las Academias, la técnica del buril, y aunque menos también el aguafuerte, se dedicó casi exclusivamente a la reproducción de obras de arte.  Ello, unido a lo largo de su adiestramiento y lo encorsetado de su manejo, hizo que los artistas abandonaran paulatinamente esta forma de hacer y se refugiasen en otras técnicas, como la xilografía y posteriormente la litografía, más acorde con sus necesidades expresivas. Pero por otro lado, ha habido grandes genios que sobrepasaron el nihilismo de la trama formal, de la técnica por la técnica, dotando al buril de una grandiosa creatividad y produciendo grandes estampas de la Historia del Arte: Durero, Mantegna, Picasso etcétera … Con ellos el buril alcanzó los más sublimes resultados y de ellos hablaremos más adelante.

Si quieres conocer más sobre la historia de los buriles, el primer manual conocido que habla sobre ellos, además de otros asuntos del grabado en hueco, es el de Abraham Bosse titulado  «Traicté de Manières de Graver en Taille Douce sur Láirin, Par le Moyen del Eaux fortes, & des Vernix Durs & Mols. Ensemble de La facon dén Imprimer les Planches & dén Construire la Presse,  & outres choses concernans les Dits Arts.» París 1645,  reeditado varias veces.

Tambien, Manuel Rueda en su Instrucción para grabar en cobre y perfeccionarse en el grabado a buril, al aguafuerte y al humo…, (Madrid, Joaquín Ibarra, 1761) habla de cómo manejar este instrumento describiendo pormenorizadamente su ejecución y “la disposición de los dedos (…) para realizar una burilada extremadamente fina, al principio aligerando la mano, más gruesa en medio con poco que se eleve, y delgada dejándola caer otra vez (…) maniobra muy esencial para la bondad del grabado e inteligencia de las sombras” dando claras instrucciones de cómo realizar las vestiduras, las aguas, las nubes, o los cabellos.

Como es posible que estos dos libros no se consigan fácilmente encontrarás muchos datos de interés en el tomo  XXXI del Summa Artis, » El grabado en España. Siglos XV al XVII (Espasa Calpe, 1987) asequible en la mayoría de las bibliotecas de arte, en los capítulos «El grabado y la estampa barroca»  y «el Grabado en el siglo XVIII», ambos de Juan Carrete.  Concreta muy bien este autor cuando describe que “el auténtico carácter de la técnica del grabado a buril, consistía en traducir las luces y objetos a representar mediante unas normas estrictas a seguir.»

Antonio Gallego Gallego en su «Historia del Grabado en España» (Cátedra, 1984) cita a Vaquer describiendo de la siguiente forma una clase de grabado: “Sobre una tabla, varias descalabradas cabezas de yeso; y decorando los muros, venerables y amarillentas estampas de Edelinck y de Bervic parecían invitar aún a los inteligentes de blancas pelucas y bordadas casacas al minucioso examen, binóculo en mano, de una técnica a la que frecuentemente todo se subordinaba. En un marco, unos terroríficos ejercicios de buril indicaban bien claramente el suplicio al que tendrían que someterse las inquietudes juveniles; y entre ellos, el de la bola, cuyo claroscuro tendría que conseguirse con una sola línea, o sea, por medio de una espiral perfecta que empezaba en el centro; recuerdo el de la estampa de la Santa Faz con la que logró la celebridad Claudio Mellán” (E. Vaquer. El grabado en talla dulce como expresión artística aplicada a documentos de garantía. Discurso. Real Academia de San Fernando, 1827)

Por último, puede servir de valiosa ayuda el magnífico texto de IVINS, W.M. Imagen impresa y conocimiento: análisis de la imagen pre-fotográfica. (Barcelona, Gustavo Gili, 1975), en el que se explica de forma amena, clara y directa la evolución de la imagen -antes de la aparición de la fotografía- y de cómo el servilismo de la reproducción y el oficio de la copia despojó de valor artístico a muchos de los grabados europeos de estos dos siglos. Esta «pericia» ha llegado incluso  a confundir a muchos estudiantes de grabado, o de arte en general, en donde pretenden ver el menor atisbo estético en una habilidosa, pero insensible, trama formal.

Si no dispusieras de una colección de estampas y quisieras ver un buril en directo, ahora, no tiene más que coger un billete y observarlo detenidamente; mejor con una lupa o con un cuentahilos. Apreciarás las líneas, consecuencia de los surcos que comento, y si afinas la vista, cómo todas estas rayas se estrechan y aclaran al final, consecuencia de la salida de la herramienta. También que se cruzan en ángulos más o menos abiertos o elaboran rizos siguiendo una estricta combinación geométrica que funda, incluso, una teoría sobre trazos.

[Fuente Imagen. Cabeza de Cristo de Claude Mellan: artcyclopedia.com; Buril de Picasso, Suite Vollard. Afi.es]